De una larga lista de sitios latinoamericanos dignos de admirar, solo dos se suman a la lista de sitios declarados como Patrimonio de la Humanidad.
En Bonn, Alemania fue el lugar de reunión del Comité del Patrimonio Mundial donde se decidieron de un total de 17 países cuales eran los nuevos sitios a declarar como Patrimonio de la Humanidad.
En esta reunión se escogieron un total de 24 sitios, de los cuales dos de ellos pertenecen a países Latinoamericanos, que son: el Acueducto del Padre Tembleque ubicado en México, y el famoso y hermoso Paisaje Cultural Industrial de Fray Bentos, situado en Uruguay. Con estos dos nuevos sitios añadidos en total hay 1.031 sitios de 163 países que ya han sido declarados como Patrimonio Mundial.
El acueducto del Padre Tembleque es una obra que data desde el año 1554, año en que se inició su construcción y culminó en el 1571 bajo las ordenes del sacerdote Franciscano de Tembleque.
Fue construido para llevar agua a los pueblos vecinos teniendo así una longitud de 48 kilómetros abarcando el estado de México y de Hidalgo.
Para ser declarado como Patrimonio la Unesco valoró tres criterios, uno de ellos es que la obra represente una obra maestra del genio creativo del individuo; otra era que se intercambiaran valores atendiendo a las artes monumentales, a la arquitectura, la tecnología, el paisajismo o la planificación urbana en un área cultural o periodo determinado; y el otro criterio era que la obra simbolice desde uno a varios periodos que hayan sido significativos en la historia humana.
Por otra parte, en el caso del paisaje cultural industrial de Fray Bentos situado en Uruguay, que también fue elegido acorde a los criterios anteriormente mencionados, es un espacio simbólico digno de admirar.
Fue construido a las orillas del río de Uruguay en el año 1859 donde se visualizaba un complejo de instalaciones, edificios y viviendas que acogían una industria ganadera. Esta producción a través de los años comenzó a explotar por todo Europa, pasando a ser uno de los centros de producción de ganado de mayor importancia del planeta.
De este tanto las instalaciones ganaderas, como otras instalaciones como los campos del pastoreo, los muelles situados sobre el rió, y las diversas casas perteneciente a los obreros que tienen nacionalidades distintas, y quienes llegaron de 55 naciones distintas por el oeste del país; son protegidas en la actualidad por la Unesco. La superficie protegida abarca un total de 275 hectáreas.