Marketing para Arquitectos: La historia de como un buen amigo perdió un proyecto millonario por no estar bien vestido. Hay que reconocer que el arquitecto no solo vende un diseño, sino que también vende una imagen.
Los estudios de mercado han demostrado que los arquitectos que se preocupan por tener una buena apariencia y presencia personal tienen mayores porcentajes de alcanzar el éxito, y todo esto se debe a que los clientes suelen tomar confianza mucho mas rápido al momento de tener la primera entrevista.
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La imagen personal del Arquitecto
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¿Qué ha pasado cuando te encuentras por primera vez con un cliente y estas bien vestido y con una buena presencia?
Apostamos a que el cliente se adapta y confía mas rápido en tus servicios profesionales, pues deduces que eres una persona que cuida cada detalle personal, y por ende cuidará cada detalle en este nuevo proyecto a diseñar, y posteriormente a construir.
Un buen amigo, que lamentablemente murió en un accidente en un tractor hace dos años, siempre me comentaba que el cliente suele estudiar al profesional a la hora de conocerlo, y dependiendo de su imagen, apariencia personal, vocabulario y otros aspectos decidía si trabajar o no con el. ¡Este es un caso que experimenté un par de veces! , me comentaba riéndose mientras comía una migaja de pan en su almuerzo.
Como extraño a mi amigo
El caso es que en una de sus historias me comentaba que una vez tenía una reunión con un alto ejecutivo del centro de la ciudad que quería mudar su empresa a un nuevo edificio, con un estilo un poco mas minimalista y moderno, ya que su negocio era sobre productos innovadores, telecomunicaciones y teléfonos móviles.
Su entrevista estaba pautada para las 4:00pm en una de sus oficinas, y lamentablemente, por salir tarde de evaluar una construcción que levantaba su nueva oficina constructora no le dio el tiempo de llegar a casa y cambiarse adecuadamente.
¡Tuve que ir a la reunión con este cliente vestido con unos jeans y una camisa sudada, el tiempo no de daba para llegar a casa, y este fue mi gran error! me comentó con una risa media seca en su rostro.
El caso es que cuando llegó a las oficinas del cliente no se esperaba que en su primera reunión también participarían los 6 sub-directores de las administraciones, los cuales opinarían sobre posibles mejoras en la construcción de su nueva sede.
Cuando mi gran amigo llegó, con su camisa un poco sudada se sintió realmente incómodo, y mas aún rodeado de seis altos ejecutivos en el salón de reuniones de la empresa.
Sus ideas para este nuevo proyecto ahora no estaban tan claras pues su confianza profesional se vio afectada por su aspecto personal en el momento, el cual no era el mas apropiado. Cuando empezó la reunión los ejecutivos mostraban un aire de superioridad increíble, mas aún cuando trataban un tema tan delicado, un diseño millonario con un arquitecto sudado y mal vestido.
Al final uno de los ejecutivos le dijo…
«y como usted garantiza que este proyecto será completamente estético cuando usted no aplica tal concepto en usted mismo…» Esta fue la frase que rebosó la copa del baso, y prácticamente la que motivó a los demás empresarios a cambiar de arquitecto para este proyecto.
Así que ya sabrán ustedes, mi gran amigo perdió un negocio millonario porque no fue bien vestido a la reunión, y ya se imaginan ustedes como en este tipo de casos «no existe una primera oportunidad para una primera impresión…»