Basílica Santa María en Aracoeli Roma.
La Basílica de Santa María de Aracoeli -situada en Roma, en la cumbre más alta del Monte Capitolino- es una estructura que no tiene un origen definido, pero se han planteado diversas hipótesis acerca del lugar de construcción de la estructura, siendo la más aceptada la que afirma que la iglesia se asentó en un área donde hubo una abadía bizantina, pasando por varias órdenes eclesiásticas como: los benedictinos, los franciscanos, entre otros. En cuanto a la estructura, la basílica está conformada por arcos que dividen la nave central de las laterales -apoyados en columnas-.
Durante la Edad Media, la iglesia se convirtió en un centro de la vida civil y religiosa. Esto provocó la inclusión de diversos elementos notables como: una monumental escalera de 124 escalones, diseñada por Simone Andreozzi. Y es así como en distintos períodos se fueron agregando detalles distintivos, como forma de conmemorar momentos específicos en la historia de la nación. Ejemplo de ello es el techo compartimentado, el cual fue dorado y pintado. Lamentablemente, la fachada ha perdido los mosaicos y posteriores frescos originales; sin embargo aún se conserva un mosaico en el tímpano de la puerta principal. Entre sus numerosos tesoros, encontramos: una capilla, un techo de madera, una planta estilo cosmati, entre otros. Un dato curioso: Según una leyenda medieval, una sibila -personaje de la mitología griega y romana, considerada como una mujer que dispone de poderes para la profecía- profetizó a César Augusto -emperador romano- la llegada de Cristo; por lo que las figuras de Augusto y de la sibila se encuentran pintadas en ambos lados del arco, sobre el altar de la basílica.