En el caso más sencillo se puede estructurar una instalación de iluminación sobre un solo circuito de carga.
Tal instalación no obstante sólo se puede conectar y desconectar, produciendo en consecuencia una sola constelación de iluminación. Pero frecuentemente la iluminación debe responder a cambiantes condiciones, de manera que existe una demanda de posibilidades de control adicionales.
Incluso en un aprovechamiento invariable de espacio y en función del cambio de la luz diurna se dan condiciones de iluminación fundamentalmente cambiadas; durante el día ésta debe competir con la luz solar, la percepción está adicionalmente adaptada a una elevada claridad de las superficies espaciales del entorno, mientras que al atardecer y por la noche se aceptan iluminancias e islas de luz más bajas.
Este hecho representa un importante criterio de planificación para numerosas tareas de iluminación; para algunos cometidos, como por ejemplo la iluminación de restaurantes más pretenciosos, puede convertirse en un factor central y requerir la planificación de una instalación de iluminación que haga justicia a ambas condiciones del entorno.
Las cambiantes condiciones de utilización aumentan las exigencias a la variabilidad de una iluminación. La iluminación en salas de conferencias, por ejemplo, debería posibilitar una discusión desde el podio, que se acentúa, pero también se ilumina la sala de espectadores con una claridad comparativa. Además, la instalación de iluminación también debería permitir efectuar reportajes con diapositivas; en este caso el orador queda bajo una luz acentuada, al tiempo que se garantiza la suficiente luz para tomar notas en la sala de espectadores.
Si además fueran posibles proyecciones de cine y vídeo, aumentarían correspondientemente las exigencias a la programación de luz. Por tanto, en muchos casos la creación de una iluminación diferenciada no se puede limitar al desarrollo de un concepto, donde un definido modelo de cometido cumple mediante una muestra de iluminación igualmente fija, como sólo espacialmente diferenciada. Cambiantes condiciones de entorno más bien pueden requerir también la creación de una diferenciación transitoria, es decir, pasar de una situación de iluminación fija a la elección de varias escenas de luz en función de tiempo o situación.
La primera posibilidad para la construcción de una escena de luz es la unión de distintas luminarias de una instalación en grupos de luminarias que se pueden conectar de modo individual por un propio circuito de conexión. En estos grupos se puede tratar tanto de sistemas de iluminación completamente independientes entre sí, que en cada caso se han adaptado a diferentes cometidos de iluminación, como también de componentes sueltos de una amplia instalación de iluminación, que tanto pueden funcionar de modo individual como en conjunto.
Pero por regla general la definición de una escena de luz no sólo exigirá la simple conexión de grupos de luminarias, sino también la variación de los niveles de la intensidad de luz. Además de la conexión de circuitos de carga separados, se necesitan por lo tanto equipos para la regulación por dimmer de los distintos grupos de luminarias.
Mediante la indicación de niveles de intensidad luminosa se pueden tratar las exigencias de cada situación de iluminación de modo diferenciado; el abanico de posibles escenas de luz aumenta considerablemente si cantidad y conexión de luminarias quedan invariables. Al mismo tiempo se puede controlar la distribución y la luminosidad exacta de la luz en las distintas áreas del espacio, así como adaptar el nivel total de una escena de luz a las cambiantes condiciones del entorno, por ejemplo, en cuanto a la hora o a la luz diurna.
La conexión y la regulación del flujo luminoso de los diferentes grupos de luminarias puede realizarse manualmente, sea mediante interruptor y regulador convencional, sea mediante un mando a distancia infrarrojo, que posibilita la conexión de grupos de luminarias, incluso en caso de una cantidad insuficiente de circuitos de carga en su interior. No obstante, de este modo resulta difícil reproducir definidas escenas de luz o ajustarlas a una velocidad fijada. Si se exige mucho a la programación de luz o se necesita controlar una mayor cantidad de grupos de luminarias, sería conveniente tener una instalación electrónica.
Ésta proporciona, mediante pulsación de botón, escenas de luz exactamente definidas, al tiempo que el cambio de la escena de luz se puede programar en el decurso de tiempo. Asimismo, es posible una regulación de la luz en función de la aportación de la luz diurna; adicionalmente y mediante el correspondiente acoplamiento, también es posible controlar otras funciones técnico-domésticas aparte de la iluminación.
Requisitos especiales a la programación de luz resultan por la aplicación de efectos escénicos en la iluminación arquitectónica, donde además del control de la luminosidad también puede ser necesario un cambio del color de luz y el ángulo de irradiación, incluso en la orientación espacial de las luminarias, si se da el caso. Gracias al colaborador Tomas Matias Rodriguez por enviarnos este material para ser publicado.