Estos son vistos generalmente en aquellas grandes y antiguas viviendas, que datan de siglos pasados y que hasta la fecha se conservan en pie, así como también en casas ubicadas en las afueras de la ciudad, o sea, en las regiones más rurales o haciendas.
Pero en realidad el empleo de los portones clásicos de madera ha pasado a ser un estilo y por ello se pueden adaptar con facilidad a las arquitecturas más modernas dándoles un toque especial a la decoración de los exteriores. Lucen a la perfección cuando son colocados para completar los ambientes rústicos, pero a la vez han cobrado espacio dentro de las viviendas en general, pues son empleados como un símbolo de ostentación en las modernas viviendas. Hay una gran variedad de portones de esta clase y para la elaboración de los mismos es posible que se le agreguen aplicaciones o elementos elaborados de hierro forjado, con los cuales se les otorga un diseño que sea más presentable y distinguido.
Estos elementos presentan gran solidez en su estructura, por lo cual transmite un sentimiento de respeto, que es adherido a la propiedad en que se encuentra. Entre las características y factores que hay que tomar en cuenta de esta clase de portones se encuentran entre las principales el hecho de que lucen bien cuando son colocadas en casas que son de gran tamaño, pues generalmente en las viviendas pequeñas no luce bien su estructura cuando se le coloca en frente un gran portón, sino que al contrario, esto puede generar un efecto contraproducente en relación a la estética de la casa. Se estima que los portones clásicos de madera, seguirán vigentes por mucho tiempo en la decoración de los exteriores de las grandes viviendas, a la vez que se han convertido en una tendencia que se ha extendido hasta otra clase de instalaciones.