Si la fuente sonora se detiene, el sonido persiste en un cierto tiempo, su energía decrece regularmente: Este fenómeno de persistencia se denomina reverberación.
La reverberación tiene una duración que se mide en segundos. Por convención, el tiempo de reverberación de una sala es el tiempo empleado por un sonido para decrecer a la millonésima parte de su valor inicial, o sea, 60 decibelios.
Este tiempo depende de dos factores: Proporcionar el volumen de la sala. Inversamente proporcional a la absorción de las paderedes. Las paredes poco a poca absorben el sonido mientras tanto el sonido seguirá rebotando. Si el sonido se da al aire libre sin algún objeto que lo refleje o que lo absorba, el sonido se perderá conforme a la distancia que recorra.
ABSORCIÓN. La reflexión de una onda sonora es tanto mas acusada cuando las paredes ofrecen superficies duras y lisas. En una habitación bien acolchonada, provista de tapices, de colgaduras, el sonido es amortiguado: se desprende una impresión de calma. Una habitación desnuda por decirlo de alguna manera, con paredes lisas, por el contrario se sentirá una resonancia o en todo caso un eco. Todo material tiene un porcentaje de absorción, pero varían dependiendo de sus cualidades, algunos muros dejaran pasar poco sonido o mucho dependiendo de que material este echo el muro, y por lo general es lo que sucede con los materiales.
(Enviado por el colaborador: Julian E. Acosta, Fuente oficial: Libros de consulta personal…)