La identificación de los suelos es una actividad en donde el técnico utiliza la mayoría de sus sentidos tales como la vista, el tacto, el oído y el olfato, que le sirven para reconocer el tipo de suelo de que se trate.
INDICE DE TEMAS
Identificación de suelos
A continuación se mencionan algunas técnicas al respecto.
Suelos gruesos
Para distinguir entre gravas y arenas hay que recordar que aproximadamente medio centímetro es la frontera. Para distinguir entre arenas finas y limos o arcillas, el tamaño de las arenas es lo más pequeño que se puede distinguir a simple vista a una distancia de 20 cm.
Para tener una idea burda de la granulometría se puede tomar una muestra representativa lo más pequeño posible y separar manualmente sus componentes, clasificándolos por tamaños y sacando a simple vista su porcentaje.
Suelos finos
Si un material fino contiene algo de arena fina, su presencia se puede descubrir colocando y tallando un poco de material entre los dedos índice y pulgar; acercando la masita al oído se reconoce la arena porque hace un ruido como de lija.
El limo se reconoce porque su tacto es áspero, en cambio el de la arcilla es suave como de mantequilla, por eso los antiguos pobladores del Valle de México daban el nombre de jaboncillo a la arcilla de la Ciudad de México.
Una característica del limo es que se seca más rápido que la arcilla cuando se coloca una película de material en la palma de la mano.
Otra característica de limo es que no se pega fuertemente a los objetos como las palmas de las manos o lo zapatos cuando se seca, pudiéndose retirar con sacudidas, en cambio la arcilla se adhiere fuertemente.
Para reconocer el tipo de fino se puede hacer un cubito de suelo aproximadamente de 1.0 cm de lado u observando un terrón del lugar, dejando que se seque al aire por completo. Se toma el cubito entre los dedos índice y pulgar; si se desmorona con poca presión digital es un limo, pudiéndose reducir a polvo con los dedos.
El color es un dato útil para reconocer el tipo y constituyentes minerales del suelo; así por ejemplo: el negro y tonos oscuros pueden ser indicativos de materia orgánica, el rojo señalan la presencia de óxidos, el blanco de la caolinita es resultado de la alteración del feldespato de los granitos, etc.
Los suelos finos orgánicos como las turbas, tienen un olor que los distingue, muchas veces como de huevo podrido o pescado.