Simbolización y arquitectura del siglo XIX.
En el siglo XIX la arquitectura se aleja de la simbolización cultural. Las formas significativas del pasado se devalúan, la cúpula y el frontón se usan para dignificar museos, bancos otras instituciones, y las vidrieras se introducen en las viviendas privadas.
Solo recientemente ha surgido de nuevo la exigencia de una simbolización cultura, porque entendemos que la arquitectura moderna necesita esta dimensión para crear un entorno significativo. Los objetos culturales de nuestro tiempo difieren, por supuesto de los hasta ahora descritos, y a pesar de que algunos pueden poseer una cierta permanencia (como ciertos objetos religiosos), también participan en la formación de nuevos objetos intermediarios.
Podemos preguntarnos si es necesario que la arquitectura simbolice directamente objetos culturales. Como productos del hombre, de, del pronunciado carácter practico, la arquitectura tiene una particular capacidad para mostrar como nuestros valores y nuestras tradiciones culturales determinan nuestra vida cotidiana. Solo mediante la simbolización cultural puede la arquitectura expresar la vida diaria tiene un significado que trasciende a la situación inmediata, y que forma parte de una continuidad histórica y cultural.
El resto de las artes no puede cumplir esta tarea de igual manera, porque no participan tan directamente en nuestra existencia diaria. Esta es probablemente la razón por la que la arquitectura se considera como la madre de las artes. Las artes pictóricas e incluso, la música y el teatro, la exposición y la fábrica. Cada nuevo tipo expresaba una orientación cultural diferente; esta diferenciación, sin embargo, tuvo corta vida, que finalizo con la igualdad de todos los cometidos sobre una base puramente práctica, propia del funcionalismo.
Pero todavía la arquitectura sirve a las más diversas del hombre, incluyendo los problemas del medio y de la simbolización. Actualmente tenemos razones para afirmar que algunos problemas exigen una articulación arquitectónica más pronunciada que otros, y que la solución deberá ser más o menos neutra, dependiendo del cometido. Por: Luisa Garcia, para arquitectura y construcción en ARQHYS.com.