Es el nombre que se ha adjudicado a una civilización descubierta, tras la realización de descubrimientos en la zona Sur de Grecia en Asia Menor y en las islas del mar Egeo.
Por medio de estudios realizados, ha sido revelada al mundo, la historia de una civilización de gran importancia que floreció en esas regiones. La historia de esa civilización, se suele dividir, en dos épocas o períodos distintos:
Cretense o minoico, del siglo XX al XV a. C. Micenaico o miceno, desde el siglo XV al XII a. C.
A su vez, estas épocas o períodos se subdividen en otros, lo que origina para muchos arqueólogos, lo que hoy conocemos como la edad protohistórica de Grecia, por lo que se debe considerar como propios de una civilización independiente, opuesta a las de Egipto y Asiria. En la época minoica o cretense, su apogeo coincide con las dinastías egipcias XII a XVII. Primitivamente podría tener su origen en las primeras dinastías, es decir en la miceniana. Está en combinación con la dinastía posterior, son consideradas como la edad del cobre y bronce de Grecia.
Al mismo tiempo que la más primitiva época de la civilización minoica, en las islas Cícladas del mar Egeo, en Troya y en regiones cercanas, la civilización conocida como troyano ciládica, que para ellos fue la antecesora de la micénica. En conjunto, las manifestaciones principales del arte egeo, se aprecian en:
Vastas construcciones elaboradas de piedra. Objetos de cerámica pintada y zoomorfa. En joyería. Algunos artículos para la decoración. Armas de piedra y de bronce. Relieves. Idolillos de mármol, bronce o marfil.
A pesar de que no se han encontrado templos, se asume que grandes palacios, debieron cumplir esta función, además de ser las moradas. El período cretense o minoico, fue descubierto y se convirtió en objeto de estudio a partir del año 1900, por parte del inglés Evans en la isla de Creta. Allí fueron exhumadas, ruinas pertenecientes a distintos palacios reales, que no tenían murallas defensivas, y que estaban formados de piedra escuadrada y los mismos tenían grandes patios. En su interior, salones diversos, almacenes escaleras monumentales y algunas plataformas soberbias. En cada palacio se distinguen un vestíbulo, un salón de recepciones o asambleas, conocido como mégaron.
En el vestíbulo, figuraban las columnas, así como también en su sala principal en donde cumplían la función de soportes secundarios, pues los primarios eran muros de gran grosor. Entre las edificaciones encontradas, se encuentra el edificio de Cnosos, que anteriormente se conocía como el Laberinto y posteriormente como el Palacio del Hacha, ya que está cubierto de relieves o bultos. Estas obras, en combinación con los primeros teatros, datan de la época de apogeo de la civilización minoica, aproximadamente en el siglo XVII a. C. Las mismas desaparecieron luego de una invasión de aqueos o micénicos, ocurrida en el año 1400 a. C.
En el período micénico, fue cuando se dieron a conocer las excavaciones realizadas por Schliemann en Hissarlik, en el lugar que estaba ubicada la antigua Troya, así como también en Tirinto y Micenas. Se distingue porque en su arquitectura se observan robustos muros y los palacios son de aparejo ya ciclópeo, de forma poligonal, con las tumbas de cúpula falsa, que están dispersas por las regiones de Grecia y del mar Egeo. En esta categoría se hallan una serie de monumentos como son:
La Puerta de los Leones de Mecenas, cuyas murallas miden de 3 a 7 metros de grosor. La tumba del Tesoro de Atreo o Tumba de Agamenón, con 15 metros de altura. Las murallas, que miden de 7 a 8 metros de grosor. El palacio de Tirinto, posee dos pórticos. La tumba de tesoro de Minyas. El muro pelásgico de Atenas.
La diferencia más notoria que existe entre los palacios micénicos y los minoicos, es la utilización de ladrillos como material constructivo además de la piedra, utilizan columnas de piedra.