Construccionismo social y constructivismo social.
Aunque tanto el construccionismo social como el constructivismo social son las formas en que los fenómenos sociales se desarrollan, son distintos. El construccionismo social se refiere al desarrollo de los fenómenos relativos a los contextos sociales, mientras que el constructivismo social se refiere a la creación del sentido de un individuo con conocimiento dentro de un contexto social (Vygotsky, 1978).
Por esta razón, el construccionismo social es generalmente descrito como un concepto sociológico y el constructivismo social es generalmente descrito como un concepto psicológico. Sin embargo, aunque distintos, son también aspectos complementarios de un mismo proceso a través del cual los seres humanos crean sus mundos en la sociedad y por tanto, a ellos mismos.
El constructivismo social ha sido estudiado por muchos psicólogos de la educación, que se preocupan por sus implicaciones para la enseñanza y el aprendizaje. Para más información sobre las dimensiones psicológicas del constructivismo social, ver la obra de Ernst von Glasersfeld y A. Sullivan Palincsar . El Construccionismo llegó a ser prominente en los EE.UU. con el libro de Peter L. Berger y Thomas Luckmann del año 1966, La Construcción Social de la Realidad. Berger y Luckmann sostienen que todo conocimiento, incluido el más básico, que se da por sentado en el conocimiento de sentido común de la realidad cotidiana, se deriva y se gestiona por las interacciones sociales. Cuando las personas interactúan, lo hacen en el entendimiento de que sus respectivas percepciones de la realidad están relacionadas y tal como actúa este entendimiento se refuerza el conocimiento común de la realidad.
Dado que el conocimiento de sentido común es negociado por la gente, tipificaciones humanas, las significaciones y las instituciones llegan a ser presentadas como parte de una realidad objetiva, sobre todo para las generaciones futuras que no estaban involucradas en el proceso original de la negociación. Por ejemplo, como los padres negociar reglas que sus hijos deben seguir, las normas frente a los niños como productos en el exterior no pueden cambiar. Es en este sentido que se puede decir que la realidad se construye socialmente. Los mecanismos específicos subyacentes en las ideas de Berger y Luckmann sobre construcción social son objeto del mayor análisis en la construcción social. El construccionismo social según Berger y Luckmann tiene sus raíces en la fenomenología que vincula a Heidegger y Edmund Husserl a través de la enseñanza de Alfred Schutz. Schutz fue asesor del doctorado de Berger.
Durante los años 1970 y 1980, la teoría construccionista social sufrió una transformación con los sociólogos construccionista comprometidos con la obra de Michel Foucault y otros, como un giro narrativo en las ciencias sociales quee trabajó en la práctica. Esto tuvo un impacto particular en la sociología emergente de la ciencia, el campo de estudios de la ciencia y la tecnología. En particular, Karin Knorr-Cetina, Bruno Latour, Barry Barnes, Steve Woolgar y otros utilizaron el construccionismo social para referirse a lo que la ciencia caracteriza como hechos objetivos de los procesos de construcción social, con el objetivo de demostrar que la subjetividad humana se impone a los hechos que tomamos como objetivo.
Un título especialmente provocativo en esta línea de pensamiento es la construcción de Andrew Pickering quarks: Una historia de Sociología de la Física de Partículas. Al mismo tiempo, el construccionismo social en forma de estudios de la tecnología, el Sofield, especialmente en la construcción social de la tecnología, o SCOT, y autores como Wiebe Bijker, Pinch Trevor, Maarten van Wesel, entre otros. A pesar de su percepción común como objetivo, las matemáticas no son inmunes a las cuentas constructivista social. Sociólogos como Sal Restivo y Randall Collins, matemáticos incluyendo Reuben Hersh y Philip J. Davis y filósofos como Paul Ernest han publicado tratamientos social constructivista de las matemáticas.
Construccionismo social y postmodernismo.
El construccionismo social puede ser visto como una fuente del movimiento posmoderno, y ha sido influyente en el campo de los estudios culturales. Algunos han ido tan lejos como para atribuir el auge de los estudios culturales (el giro cultural) para el construccionismo social.
Las realidades componen, de acuerdo con este punto de vista, los mundos imaginarios de la existencia humana y la actividad social, poco a poco cristalizados por la costumbre en las instituciones apoyadas por las convenciones del idioma, dada la legitimidad en curso por la mitología, la religión y la filosofía, gestionada por las terapias y la socialización, y subjetivamente interiorizado por la educación para convertirse en parte de la identidad social de los ciudadanos.
