Contraste. ¿Qué queremos decir con ello? La percepción de la forma es el resultado de diferencias en el campo visual. Si éste es igual en la su extensión, lo que vemos es una niebla, esto es, nada definido; tenemos meramente una sensación de luz en el espacio.
No trata de un hecho muy frecuente., pero sabemos que se produce. Los psicólogos han realizado experiencias con sensaciones homogéneas para investigar este fenómeno.
En cierta ocasión, tuve esa experiencia cuando no había verdaderamente niebla, y ustedes pueden verificarla por su cuenta sin necesidad de un laboratorio. En una tarde clara, me encontraba a espaldas sobre el suelo, al aire libre, contemplando el cielo sin nubes sobre mi cabeza. Gradualmente tomé conciencia de un hecho curioso.
Por lo común percibimos el cielo como una «superficie azul, ese cuenco invertido que los hombres llaman cielo. Mientras miraba hacia arriba, el cielo llenaba todo mi campo visual, y esa «superficie» se tornó borrosa. Parecía espesarse y luego disolverse, hasta que me sentí envuelto en el espacio azul y nebuloso.
Las formas desaparecieron, aún aquéllas tan rudimentarias como la aparente «superficie» del cielo. (Quiero destacar aquí que este simplísimo tipo de sensación posee dos cualidades: luz y espacio. Es tridimensional. Más tarde volveremos sobre este asunto). Cuando percibimos una forma, ello significa que deben existir diferencias en el campo.
Cuando hay diferencias, existe también contraste.
Tal es la base de la percepción de la forma. Supongamos, por ejemplo, que colocamos una pelota blanca contra una pantalla blanca. Si iluminarnos de igual manera la pelota y la pantalla desde ambos lados, aquélla prácticamente desaparece.
Los contrastes en el campo visual son tan leves que nuestra percepción de la forma resulta muy débil. Ahora bien, movemos una luz de tal modo que ilumine la pelota pero no la pantalla, y ubicamos la otra para que dé sobre la pantalla pero no sobre la pelota. Un lado de esta última se verá iluminado contra un fondo más oscuro, el otro lado resultará oscuro contra un fondo más claro.
Existe allí un marcado contraste.
Resultado: fuerte percepción de la forma. 0 bien podemos tomar un trozo de papel, que si bien constituye en sí mismo un campo homogéneo, no parece nebuloso porque forma parte de un campo más amplio en el que hay contrastes.
Si queremos dibujar una-forma en el papel, la única posibilidad es hacer que una parte de éste se torne distinta del resto. Podríamos utilizar un lápiz, acuarela o papel de color. Hasta que no haya contraste, no habrá forma.
El próximo paso es descubrir qué determina el contraste en nuestro campo visual. ¿Qué efecto produce el lápiz sobre el papel? Esto nos lleva a las cualidades de las sensaciones visuales. (Fundamentos del diseño. Colaborado por: Arto. Raul E, Rodriguez, RD.)