Origen del minimalismo. El estilo minimalista inicia inicia a finales de la década de los años 60 en la ciudad de Nueva York, pero sus orígenes están sujetos en Europa, en las primeras ideas del arquitecto alemán Ludwig Van Der Rohe.
Ludwig Mies Van Der Rohe elabora sus ideas acerca de la pureza de las formas (precursoras del minimalismo) durante el ejercicio de su cargo en la dirección de la Escuela de Arte y Diseño de la Bauhaus, en Alemania, a finales de los años 30.
Al mismo tiempo, los artistas minimalistas buscaban la objetividad absoluta a partir de la representación de las formas geométricas elementales (véase Minimalismo).
INDICE DE TEMAS
Historia del minimalismo
Últimas corrientes pictóricas del siglo XX.
Durante las décadas de 1970 y 1980 no existió una tendencia dominante dentro del panorama pictórico estadounidense; es un periodo ecléctico, plural, con multitud de métodos y estilos.
Sin embargo, durante ese periodo, emergieron algunas corrientes distintivas, como el arte conceptual, interesado principalmente en la idea o concepto más que en el producto artístico acabado, o las instalaciones, que mezclan distintos procedimientos, soportes y materiales.
A finales del siglo XX, gran parte de las tendencias que triunfaron en las décadas anteriores seguían vigentes. No obstante, mientras algunos artistas ahondaban en antiguas formas de expresión, otros buscaron nuevos medios, con especial interés por las nuevas tecnologías e Internet.
La pintura figurativa
La pintura figurativa se mantuvo viva en el periodo de posguerra gracias a artistas como Milton Avery, Fairfield Porter y otros artistas más jóvenes; todos ellos incorporan a sus obras algunos elementos asimilados de la estética de la abstracción, como se observa en la obra de Alex Katz.
A comienzos de la década de 1980 se experimentó una vuelta a la figuración en detrimento del arte conceptual y el minimalismo.
Los pintores de la neofiguración, como Jennifer Barlett o Susan Rothenberg, desempeñaron un papel decisivo en el proceso de transición desde la abstracción. Ellos fueron los predecesores del movimiento neoexpresionista, una tendencia originada en Europa a finales de la década de 1970 y que triunfó en Estados Unidos en la de 1980.
La figura humana adquirió nuevas dimensiones con el triunfo de esta corriente, caracterizada por un uso muy particular del color, una imaginería ambigua y, a menudo, visiones personales de gran crudeza. Entre estos artistas se encuentran Julian Schnabel, David Salle, Eric Fischl y Robert Longo.
Otros pintores adscritos a la nueva corriente figurativa optaron por un estilo más cercano a la estética del cómic, como Philip Guston y Keith Haring. También próximos a estas tendencias se sitúan los hiperrealistas, entre los que destacan Chuck Close y Richard Estes, con sus irreales imágenes de la ciudad de Nueva York.