Origenes de la arquitectura barroca. A mediados del siglo XVII se empezaron a manifestar cambios en la arquitectura de México. Había una tensión entre los arquitectos más conservadores y los que querían innovar introduciendo elementos barrocos que provenían de Europa y estaban introduciéndose en el campo de la poesía con Sor Juan Inés de la Cruz.
En estas obras se produce la fusión entre el estilo barroco español y lo indígena. La arquitectura para Pedro Henríquez Ureña es muy importante porque en las artes es donde se puede observar el nacionalismo y la peculiaridad autóctona.
Ureña en su ensayo dice que los americanos tienen una serie de rasgos originales que los diferencia del mundo, y esto se puede observar hasta en la arquitectura «…nuestros pueblos saben, tanto como los Estados Unidos, crear en pocos días colmenas formidables, tipos nuevos de ciudad que difieren radicalmente del europeo, y hasta acometer, como Río de Janeiro, hazañas no previstas por las urbes norteamericanas».
INDICE DE TEMAS
La arquitectura barroca
Historia de la arquitectura barroca
¿Cómo surge El Barroco?
El Barroco y su arquitectura no surge conjuntamente con el siglo XVIII, sino que tiene una serie de precedentes en el último cuarto del siglo anterior, los cuales no podríamos encuadrar ni dentro del Renacimiento ni el Barroco. Il Gesù (1568-1584). Aquí tenemos Il Gesù, casa matriz de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, una de las ordenes surgidas con la Contrarreforma.
Esta iglesia es iniciada en 1568 y consagrada en 1584. Fue financiada por Alejandro Farnesio, sobrino de Paulo III, siendo encargada al mejor arquitecto italiano a la muerte de Miguel Ángel, Vignola.
Éste era el arquitecto preferido del papa y arquitecto de cámara de los Farnesio. Al margen de la arquitectura era también tratadista, publicando en 1562 los Cinco libros de Arquitectura.
Hasta 1568 era bastante frecuente el modelo de planta centralizada, habiendo realizado Vignola varias obras según éste, pero en esta obra es impuesta la planta longitudinal, al considerarse la planta centralizada como susceptible de paganismo.
Así se vuelve a las plantas longitudinales al ser consideradas como tradicionales. Por otra parte, existe el precedente de San Andrés de Mantua, de Alberti, como un modelo claramente tipificado y que es impuesto a Vignola. Con esta planta se buscaba una gran capacidad y reflejar la forma de la cruz, permitiendo también la celebración de varias misas simultaneas en las capillas. Por otra parte, con esta planta se buscaba reflejar una clara tradición cristiana.
En la fachada podemos ver algunas de las características más destacadas del Barroco. Esta no fue realizada por Vignola, que fue apartado de las obras en 1573, que fueron continuadas por Giacomo della Porta, discípulo de Miguel Ángel, el cual rediseña la fachada.
Esta era en un principio más horizontal y oblonga, con las pilastras más destacadas y realzada la nave central. La fachada realizada es más vertical, con menos resalte de las pilastras y menos destacada la nave central. Ambas fachadas eran de dos pisos, coordinados mediante el uso de aletones.
Los aletones son un elemento de enmascaramiento, utilizado para articular el piso inferior con otro superior de menor anchura, ocultando los machones que llevan el empuje de las nuevas fachadas.
La fachada se articula mediante pilastras y el ritmo exterior reproduce el ritmo interior, reflejando la distribución de las naves. La parte central se encuentra destacada mediante el uso de medias columnas y un doble frontón doble, en el que un frontón curvo engloba a otro recto (los frontones englobados serán característicos del Barroco posterior), marcando el eje axial. Existe un cierto dinamismo en la fachada, pero esta sigue siendo bastante plana, únicamente con un ligero movimiento en el frontón y el ritmo generado a través de las pilastras.
La fachada se encuentra decorada con dos escudos marcando el eje axial, y dos estatuas flanqueando el acceso principal. Esta obra será el prototipo usado durante el primer tercio del siglo XVII, en el uso de las pilastras y nichos. El interior del Gesù fue decorado a partir de 1670 en clave barroca, desvirtuando la concepción original. El espacio interior se encuentra vinculado al de San Andrés de Mantua.
Historia de la Arquitectura barroca
Origen de la Arquitectura barroca.
A pesar de que el barroco es la desembocadura del manierismo, no conservó las leyes renacentistas de este, el barroco se valió de elementos clásicos, los cuales moldeó a su manera y empleando un amplio conocimiento de la iluminación.
Arquitectura barroca en Italia.
Con Gian Lorenzo Bernini, surgen, en Italia, las primeras muestras de Barroco. Sus mejores obras se ejecutaron en el Vaticano, destacándose la Escala Regia, edificando, en un pequeño espacio, una de las escaleras más memorables de la historia de la arquitectura. Otro de los representantes de la arquitectura barroca en Italia es Francesco Borromini, quien se destacó con dos iglesias, San Carlo alle Quattro Fontane, cubierta por una bovedilla ovalada, y, la planta de SantIvo alla Sapienza, la que parte de la intersección de dos triángulos.
La Iglesia de San Lorenzo es una de las obras de la época, que a pesar de ser tratada por Guarino Guarini, quien se desarrolló en Turín, utilizó temas hispanos, esta iglesia posee una cúpula de ocho nervios cruzados, que admiten la entrada de la luz. Ya para los años finales de los 1600 e inicios de 1700 destacan las obras de la Madama y Stupinigi, ubicadas cerca de Turín y pertenecientes a Carlo Fontana y Filippo Juvarra.
Arquitectura barroca en el Reino Unido.
Aunque para los años 1600 Inglaterra aun perfilaba la arquitectura gótica, el renacentismo se fue colando poco a poco gracias a Inigo Jones. El incendio que devastó Londres en el año 1666 ayudó al paso de este país de una tendencia a otra ya que fue imprescindible la reconstrucción de la ciudad.
Christopher Wren, fue el arquitecto más destacado en dicha reconstrucción, este edificó iglesias por toda Inglaterra, introduciendo el uso del campanario de una sola torre. Su más ferviente obra fue la catedral de Saint Paul, obra clasicista pero con elementos barrocos.
Arquitectura barroca francesa
La arquitectura barroca francesa es sobre todo palaciega, y en cuanto a su exterior, de composición en general muy clásica. Es costumbre denominar las varias etapas del barroco francés por el nombre de sus reyes, distinguiendo las de Luis XIII, Luis XIV, Regencia, Luis XV y Luis XVI.
Durante el reinado de Luis VIII penetra la influencia de la arquitectura italiana preborrominesca.
Debido a las enseñanzas de las escuelas de escultura, pintura y arquitectura fundadas por Luis XIV, que vienen a intensificar el sentido de la medida tan propio de la escultura francesa y la influencia de las creaciones italianas menos borrominescas y mas monumentales, se forma el estilo de las grandes fachadas de la época de Luis XIV, de composición clara y de nobles proporciones.
El gran arquitecto de esta época es Jules Hardouin Mansart, autor de la elegante iglesia de los inválidos, cuya cúpula de doble tambor domina el conjunto. Pero donde más sobresale es en el palacio de Versalles. Comenzando este palacio en 1661 por el arquitecto Luis Le Vau con el revestimiento de un pequeño pabellón de caza de tiempos de Luis XIII, es continuado después por Hardouin-Mansart, al cual se debe la gran fachada del jardín.
Con un gran patio opuesto en el centro del lado opuesto, la edificación se extiende a ambos lados, formando dos alas muy prolongadas.
El interior del palacio es una interminable sucesión de salones ricamente decorados, donde alternan tapices de la fabrica de los Gobelinos, con los cuadros, los espejos, los bronces dorados y los mármoles de colores. Dirigió toda esa decoración Carlos L. cuya obra maestra es el gran salón de los Espejos que da al frente al jardín.
Completa la construcción otras numerosas dependencias como son el teatro y la capilla, obra ésta también de Mansart, de esfera semicircular con tres naves sobre columnas y amplia tribuna corrida sobre los laterales. Alrededor del palacio se hallan otras pequeñas construcciones como las caballizas, el palacio Trianon, la gran Orangenie, los pabellones de marly, etc.
Si la arquitectura francesa presenta en el exterior escasas novedades esenciales respecto a la italiana, en la decoración interior su importancia es grande y su personalidad cada vez mayor.
La talla en madera, los yesos, la aplicaciones del bronce, las telas y los tapices que revisten las paredes donde comienzan las pinturas de los techos, responden al trazado general en el que el mobiliario es parte integrante de primer orden.
El estilo Luis XIV cuenta que un decorador de gran personalidad, llamado Berain, que en sus composiciones demuestra un gusto muy acusado por la ornamentación del tipo mixtilíneo y cuyas creaciones dejan sentir su influencia fuera del país. Con las naturales diferencias en la forma de los motivos ornamentales, traza grandes tableros de grutescos, de tradición renacentista.
Imágenes sobre el Barroco
Arquitectura barroca Italiana
Arquitectura barroca Italiana
Italia continua durante el barroco a la cabeza de la arquitectura europea.
Los pasos decisivos en la concepción general del estilo y en la transformación de los elementos arquitectónicos, asi como del templo, se dan en ella. Italiana es también la creación del palacio barroco, si bien en este ultimo es en Francia donde se producen las obras más representativas.
En la evolucion de la arquitectura barroca italiana suelen distinguirse tres momentos principales:
- El que va de 1580 a 1624, o primer barroco.
- El comprendido entre 1624 y 1670, o periodo de apogeo del barroco.
- El que dura desde 1670 hasta 1750, o barroco decadente.
La gran obra del primer periodo es la transformación de la iglesia de San Pedro, por Carlos Maderna, quien prolonga la planta de cruz griega por la parte de los pies, llegando asi a un compromiso entre el tipo de cruz latina y el de cruz griega. Dispone en primer termino de una especie de nartex y levanta entre el una gran fachada con frontón central y ático coronado por estatuas, en la que se desentiende de la organización general del interior.
Los verdaderos creadores del estilo son Lorenzo Berneni y francesco Borromini, y es con ello que llega a su apogeo. Del primero, es famosos el baldaquino que en el crucero de San Pedro, de Roma, cubre el altar situado sobre la tumba del apóstol, Constituyó una especie de manifiesto del nuevo estilo arquitectónico.
Es un templete sobre cuatro columnas de fustes troncados en especial inspiradas en la que se conserva en el mismo Vaticano, y que en aquella epoca se suponía procedente del templo de Salomón. De ahí el nombre de salomónica con que se conoce este tipo de columna.
Bermini divide el fuste con anillos horizontales en tres partes, la inferior de las cuales decora con estrías el espiral, mientras cubre las otras dos con tallos y hojas menudas. Lo mismo de esos anillos como de la base, hace sugerir una fila de grandes hojas de acanto.
La base es ática, y el capitel, de orden compuesto. Si en el baldaquino se distingue Bermini por la novedad de los elementos arquitectónicos, en la Scala Regia del Vaticano y en la plaza de San Pedro se preocupa principalmente de los juegos de perspectiva y de intensificar el efecto de profundidad. En la escala Regia interrumpe la subida con varios rellanos y dispone dos estrechas naves laterales formadas por gruesas columnas.