El rococó es un estilo derivado del barroco europeo y se desarrolla principalmente en Francia pero se extiende por todo el continente europeo; su apogeo fue durante los años 1730 a 1760. El rococó como cualquier estilo desarrollado durante la historia poseía una base filosófica o moral tras su aparición y era la de continuar las nuevas ideas del pensamiento ilustrado durante el llamado Siglo de las Luces.
Es común confundir al rococó con el barroco y viceversa porque la línea divisora entre ambos estilos de arquitectura es muy difusa. Pero la principal diferencia entre el Rococó y el Barroco es que el barroco poseía un carácter religioso y el rococó se alejó de esto para transformarse en una expresión meramente humana y artística.
El estilo rococó no solo influyó en la arquitectura sino se expandió a todas las artes y el diseño; mobiliario, vestuario, pintura, música y escultura. La característica principal del rococó es la recarga excesiva con elementos propios del estilo barroco como columnas en forma de espiral y decoración utilizando las esculturas.
Solamente en Alemania puede notarse el Rococó en la fachada de los edificios, en otros puntos de Europa el Rococó mantiene el aspecto Barroco en las fachadas. El rococó se expresaba mayormente en el interiorismo, exuberantes decoraciones, estampados y recarga excesiva de objetos y en algunos casos sin relación. Es importante resaltar que el mobiliario rococó reduce sus dimensiones y utiliza elementos para imitar la vegetación; se forman arcos y las patas se curvan.
En el estilo rococó también se observa influencias chinescas y ejemplo de ello son los relieves en porcelana y seda con motivos coloridos de faisanes, paisajes y puentes. Por ser un estilo muy recargado el Rococó fue característica de las élites y la Aristocracia europea. Algunos ejemplos de arquitectura del rococó son el Hotel Soubisse (Francia), Palacio del Marqués de Dos Aguas (Valencia) y el Salón Gasparini del Palacio de Oriente (España).