Dibujar un diagrama de contexto del sistema: representar con un círculo a todo el sistema e indicar las entradas al sistema con flechas que se dirigen hacia la burbuja, y las salidas con flechas que salen de la burbuja. Tanto las entradas como las salidas deben registrarse en el diccionario de datos.
Si se ignoran datos en el diagrama de contexto, deberán ignorarse en lo sucesivo. El diagrama de contexto deberá descomponerse en diagramas de niveles inferiores, cada vez más detallados.
2. Según las características propias del sistema, hacer un diagrama de conectividad o pasar directamente al diagrama de nivel 0.
Un diagrama de conectividad consiste en trazar, sobre el diagrama de contexto, las líneas que unen los flujos de entrada para formar los flujos de salida. Terminado este diagrama se dibujan burbujas en todos los puntos donde los flujos convergen o divergen, obteniéndose el diagrama de nivel cero.
El diagrama de nivel cero representa las principales actividades del sistema que se está estudiando, e indica la complejidad del mismo.
Así como se subdividió el diagrama de contexto, se sigue subdividiendo cada una de las burbujas en los diagramas de flujo de datos, utilizando como referencia el número de burbuja del cual provienen (burbuja padre). Los flujos que entran o salen de la burbuja padre, deben entrar y salir del diagrama hijo.
La descomposición debe continuar hasta que todas las burbujas sean primitivas funcionales , es decir, procesos que cumplen alguna de las siguientes condiciones:
a) Tienen una sola entrada y una salida. b) No existen flujos de datos internos por lo que no se puede fragmentar. c) Se puede escribir fácilmente la especificación de proceso.
Es muy importante que cada diagrama de flujo de datos contenga entre 7 y 9 burbujas (excepto el diagrama de nivel cero). Un número mayor de burbujas indica la necesidad de descomponer mejor el diagrama. Gracias a Claudia Rocio Bengoa por colaborarnos este artículo para ser publicado en ARQHYS.com…