Una manera de poder evaluar si la determinación de los beneficiarios de un subsidio resultó correcta es precisar en que medida éste alcanzó a los hogares que más lo necesitan. Como medida de necesidad del subsidio se utiliza la línea de la pobreza, considerándose que los hogares pobres son los que más necesitan del subsidio. Los dos indicadores más utilizados para estos propósitos son los errores de inclusión y exclusión.
El error de inclusión nos da una idea de la cantidad de hogares que resultaron mal incluidos en el subsidio, es decir representa la cantidad de hogares que lo reciben y no lo necesitan, se calcula como el porcentaje de hogares no-pobres que reciben el subsidio, del total de hogares subsidiados.
El error de inclusión nos indica cuantos de los hogares que necesitaban el subsidio, no lo recibieron y se calcula determinando el porcentaje de hogares pobres que no reciben el subsidio, del total de hogares pobres.
A modo de ejemplo, considerando un universo de 100 hogares, de los cuales el 40 % resulta pobre, y calculando los errores de inclusión y exclusión que se cometen, se otorga el subsidio al 30 % (30) de los hogares, tenemos que solo 20 resultan ser pobres.
Total de hogares: 100
Total de hogares pobres 40
Total de hogares subsidiados 30
Cantidad de hogares pobres subsidiados 20
Cantidad de hogares no-pobres subsidiados 10.
Gracias a Raúl de la Rosa por colaborarnos este artículo.