Abadía de Westminster.
En primera instancia definimos abadía como una iglesia, monasterio o territorio regido por una autoridad eclesiástica.
Y en este caso, la Abadía de Westminster, o Iglesia Colegiata de San Pedro de Westminster, es una estructura de estilo gótico, utilizado para las coronaciones y entierros de monarcas ingleses -localizada en un sector del mismo nombre.
La iglesia fue construida inicialmente en estilo románico por Eduardo el Confesor, rey de Inglaterra entre el año 1045 y 1066 y consagrada en 1065; y fue levantada por los monjes benedictinos.
Unos siglos más tarde se hizo una reconstrucción donde predominaba la arquitectura gótica que hoy conocemos. Además, se añadió una capilla en honor a la Virgen María.
Años después la iglesia iba a ser cerrada, al igual que otros monasterios, pero gracias a conexiones con la realeza pudo seguir sus servicios eclesiásticos, con normalidad.
A pesar de ello, para los años de 1600, fue atacada por puritanos y sufrió leves daños, que luego fueron restaurados.
La catedral pasó por varios propietarios, hasta que finalmente Isabel I se apoderó de la misma, convirtiéndola en la Iglesia Colegiata de San Pedro.
Y en períodos más recientes, se agregaron dos torres -hechas con piedra de Pórtland- a cargo de Christopher Wren -famoso por trabajos en reconstrucción de iglesias- y Nicholas Hawksmoor -conocido representante del barro inglés-.
Ya en el siglo XIX se hicieron varias reformas, y hasta la fecha se ha mantenido en excelente condiciones de infraestructura.