La diversidad en la arquitectura.
¿Diversidad de la oferta? La uniformidad aparece astutamente camuflada por una variedad engañosa de productos diferentes en el mercado. Alguien podrá decir que las ofertas de la sociedad de consumo basada en la competencia son tan variadas que resulta casi exagerada, es decir, una contrapuesta a la uniformidad. Un mismo objeto cotidiano es ofrecido de centenares de formas, colores y dimensiones diferentes; es verdad.
Propuesta. Sin lugar a dudas el principal objetivo de este trabajo es el de conocer y comprender la realidad que significa encarar la problemática de los edificios especulativos de propiedad horizontal. En realidad, mejor podríamos decir como motivo de polémica ¿por qué todos saben que se reconoce una esencial incompatibilidad entre departamento, patio jardín y diseño? Al menos eso se cree; como también se cree que es imposible abrir la célula del departamento a usos no estrictamente domésticos, como ser un consultorio, un estudio o un pequeño negocio. Una de las causas profundas de esa voluntaria mutilación tiene su origen en el innegable empobrecimiento al que se sometió la vivienda de la versión especulativa del racionalismo utilitarista. Señalamos que además de esta versión, aparece inscrita dentro de un proyecto nivelador que apunta a la idea de “aldea global”, y que estos estándares de habitabilidad construían el testimonio indiscutible de una unidad universal de intereses exclusivamente económicos y no de superación de cuestiones propias de la condición humana, como antaño se propusiera el primer racionalismo internacionalista. Un ejemplo de lo que decimos lo constituye la paladina admisión de la gente que en un departamento, por el solo hecho de serlo, limita las múltiples alternativas que puede brindar una vivienda; y lo que es peor, acepta estas limitaciones desde un vago convencimiento que constituye formas superadoras de habitar, aunque inmediatamente después lo desmienta como lo demuestra la transformación del balcón o la manera libre y arbitraria de usar los ambientes específicos.
Edificio en altura que permite crecer, modificarse y transformarse. “Partimos -en palabras del Arquitecto Cesar Luis Carli- de analizar el fenómeno desde una perspectiva mas humana, basada en un ser humano integral al que era necesario respetar en su vasta proyección antropológica. Se trata de un ejercicio desprejuiciado que no hace hincapié en los aspectos ni morfológicos, ni antropométricos, ni funcionalistas, sino, en lo que nosotros llamamos “genes” integrales basados en la memoria y los comportamientos sociales, individuales o colectivos. Lo primero que hicimos fue romper la caja arquitectónica, es decir, olvidar la compacidad y paralelamente las superficies mínimas establecidas por los economistas. Además el organigrama inicial lo completamos con nuevas funciones permitiendo nuevas e imprescindibles comodidades a los miembros de la familia; por ejemplo incorporamos la flexibilidad funcional como dato, recordando nuestras viejas ideas de polivalencia o multiplicación de finalidades de un mismo objeto. Allí nacieron tanto el “comodín” como las “esclusas”. El primero, un ambiente que por su ubicación puede ser indistintamente usado como dormitorio, como salita privada o como oficina o negocio público. Su accesibilidad es sencilla, desde el pallier, con lo que multiplica sus funciones hasta aceptar el “cuentapropismo” tan en boga en los tiempos que corren.
En realidad se trata de un “desahogo” frente a una realidad muy condicionante que constituye la vida en un edificio de departamentos. El segundo punto a considerar fue la creación de un patio con el fin de aproximar un edificio en altura a una vivienda unifamiliar; ya vimos que la manera con que la gente busca un espacio abierto a nivel de cada unidad de departamento resulta de transformar el balcón externo hasta convertirlo en un remedio de patio con plantas y flores. Para el invierno, cuando el patio se vuelve inhabitable por la acción de los vientos y el frío, se pensó en una suerte de mampara corrediza, a la que se denominó “esclusa” y que tiene la particularidad de cerrar y abrir ambientes al mismo tiempo. En muchos casos cierra el patio y abre el comedor, o bien, abre el patio y cierra el estar.
(Fuente de la información: Flavio Gorelik Zonis, Argentina )