El funcionalismo en nuestro medio.
Este funcionalismo, que se inició con la década del 30 y dejó su lugar a corrientes más expresionistas a partir de la década del 50 -junto con un rebrote del tardo academicismo- lo denomino “blanco” porque sus ejemplos más sobresalientes, aúnan su plástica geométrica con una calidad constructiva altamente exigente, que les ha permitido llegar a la actualidad en un noble estado de conservación, son mayoritariamente monocromos.
Las temáticas que abordó esta corriente en nuestro medio -favoritas de Ingenieros antes que Arquitectos- son variadas y simultáneas: la vivienda particular (cuyo primer ejemplo lo promovió la escritora Victoria Ocampo), los edificios de gran altura, los de renta (ahora de departamentos) y los de gran superficie extendida con temáticas de gran complejidad, como la hospitalaria; o la deportiva.
En el tema de las viviendas, pocas fueron las producciones ya que éste es un tema muy particular en materia de gusto y particularidades programáticas, cuya mayor tendencia es a lo conservador y tradicional antes que a lo innovador.
No obstante se realizaron excelentes ejemplos en todo el país y de los que sobresalen los siguientes: En 1930 la Residencia de Victoria Ocampo, Palermo Chico, diseñada por el Arquitecto Alejandro Bustillo. En 1935 la Residencia Goncalves (actual Embajada del Uruguay).
En 1938 la Residencia de la familia del Ing. Vilar, San Isidro. En 1945 la Casa del Puente, a caballo de un arroyo en Mar del Plata, para la familia paterna del Arquitecto Amancio Williams.
En 1953 la Casa diseñada por Le Corbusier para el oftalmólogo Dr. Curuchet, en la ciudad de La Plata.
En 1954 la Casa de la calle Corrientes 350, creada en San Juan por el Arquitecto Enrico Tedeschi. En 1957 la Residencia Oks, Martinez, Estudio BKF. Y finalmente en 1969 las embajadas de Chile y de Alemania en Buenos Aires.
En cuanto a los “Rascacielos”, denominación de época -no comparables a los edificios actuales conocidos como “torres”- primó la tipología “telescópica” de elevarse disminuyendo su perímetro en la medida de su crecimiento en altura.
En 1931 los edificios de oficinas Comega, en el bajo de la Avenida Corrientes, obra del Ingeniero Walter Moll; y en 1932 el Safico en el bajo de la Avenida Leandro N. Alem.
En 1934 los edificios de propiedad horizontal Cavanagh y en 1951 el Alas. Y en 1936 el primer ejemplo oficial: el Ministerio de Obras y Servicios Públicos, (conocido vulgarmente como MOPLO) superpuesto a la traza de la Avenida 9 de Julio por construirse antes de su ampliación, cuyo contrafrente es más interesante, en cuanto a diseño, que su fachada tradicionalmente institucional.
Otras obras de propiedad horizontal destacables son:
- En 1933 los departamentos de la calle Zavalía 2090 en Buenos Aires.
- En 1936 el impecable edificio de la Avenida Libertador 3038 de los Arqs. Sánchez, Lagos y De La Torre cuya planta baja era inicialmente descubierta.
- En 1937 la Casa de renta en la esquina de Alvear y Libertad, uno de los excelentes ejemplos del Ing. Alberto Morea.
- En 1943 la Casa de renta “Casa del Árbol” del estudio BKF en el barrio de Belgrano.
- Y en 1951 el muy importante -por su envergadura- Conjunto de Viviendas con zócalo comercial para la Cooperativa El Hogar Obrero (Av. Rivadavia), donde se ensayó por primera vez el uso de premoldeados a cargo de los Arqs. Acosta, Bereterbide y Felici.
Las obras de gran volumen, entre las que sobresalen los edificios para la salud, responden a las últimas normativas de la época sobre prescripciones sanitarias, a tal punto que existió un movimiento de arquitectos autodenominados sanitaristas; y la misma Arquitectura funcionalista fue largamente identificada con lo aséptico e higiénico de su aspecto.
En 1936 se levantó en Buenos Aires el Edificio Municipal de Hacienda (Uruguay y Corrientes) proyectado por Biraben y Lacalle Alonso, arquitectos que como muchos otros, no hesitaban en proyectar obras de estilo o funcionalistas según fuese el gusto del circunstancial comitente.
En 1938 observamos el Hospital Policial Churruca, el Hospital Militar Central y el Hospital Ferroviario en la Ciudad de Buenos Aires. Le siguen en 1939 Colonia de Alienados y Convento en Oliveros, Provincia de Santa Fe, y el Hospital Blas Dubarry de Mercedes.
Para 1944 se erige el monumental bloque de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA. Finalmente destacamos la original traza de la sede de la Gerencia de Investigaciones y Desarrollo de YPF, levantada en Florencio Varela en 1942. Para 1946 se inaugura en Buenos Aires la Casa Central del Automóvil Club Argentino, con un inteligente diseño por cuanto expresa las tres funciones citadas mediante un hábil juego de ensambles volumétricos: sede social, (terrazas sobre Av. Libertador), administrativa, (frente sobre Av. Libertador) y de asistencia técnico-mecánica, (hemiciclo contrafrente).
También en 1950 se construye la Sucursal de Correos y Telégrafos de Mar del Plata como también el que quiso ser en 1962 el Mercado del Plata sobre la Avenida 9 de Julio (hoy Tribunales Municipales y Oficinas de Gestión de obras particulares), adecuando con maestría una de las tipologías “de bloque” experimentadas por Le Corbusier.
Otros ejemplos de esta corriente lo constituyen el Obelisco de la Av. 9 de Julio 93, monumento conmemorativo baricéntrico de varias avenidas porteñas.
El Cine Gran Rex 93, magnífica obra concordante con el auge de la cinematografía; obra del Arq. Alberto Prebisch y el Ing. Adolfo Moret.
En 1939 se levanta el edificio de tres plantas de Oficinas y locales comerciales en Suipacha y Paraguay, excelente diseño de equipo liderado por el Arquitecto Bonet. Así también, en 1940 se erige el Jockey Club de Rosario, obra de los arquitectos Sánchez, Lagos y De La Torre.
Llegamos así a la década del 50 en la que no podemos dejar de citar al Arquitecto Francisco Salamone, quien desarrolló una importante obra consistente en frigoríficos, municipios y cementerios en los principales Partidos de La Provincia de Buenos Aires.
También la presencia del maestro Eduardo Sacriste, docente y constante propositor de novedosas realizaciones, cuya obra más notable se finca principalmente en San Miguel de Tucumán.