Realismo figurativo.
Realismo. Término confuso y de muy difícil definición en lo que respecta a las arte plásticas pues en general, sólo alude a una cierta actitud del artista frente a la realidad, en la que no necesariamente su plasmación de ésta debe ser copia o imitación, pero sí ajustarse a una cierta visión generalizada de la realidad; en este sentido es donde se halla la diferencia del realismo con la figuración, en la cual se pueden ver imágenes del mundo real pero distorsionadas según la propia visión del artista. En el realismo, el artista aporta también su visión del mundo y da su interpretación pero utilizando unas formas de la realidad tal y como todos los demás las vemos. Para matizar más el problema se utilizan términos como naturalismo, verismo, hiperrealismo, realismo fotográfico, realismo expresionista, intimismo, etc.
También se puede abordar la comprensión del término frente al término abstracción y definir entonces el realismo como el lenguaje artístico que utiliza las imágenes tomadas del mundo exterior, frente a la abstracción que las sustituye por gestos o signos sacados del proceso mental o de la propia actividad artística en curso, por tanto, del mundo interior del artista. Se han incluido en esta definición artistas que tratan el tema de la realidad fuera de escuelas o movimientos vanguardistas, en definitiva, aquellos que no se ajustan a una etiqueta de grupo o de estilo.
Antes de la primera guerra mundial los artistas de la Asch Can School estaban plasmando en sus reportajes temas de la gran ciudad y de la vida del proletariado, que en su visión se oponían a los academicistas que los llamaron la escuela de los cubos de basura. A este círculo pertenecen Edward Hopper y Charles Sheerer; paralelamente a la visión de los preciosistas, que realizaban un realismo abstracto, estos pintores que no se preocupan por el tema social o lo abordan de otro modo, como es el caso de Edward Hopper, cuyo comentario social va más orientado a poner en evidencia la soledad del ser humano en un mundo que empieza a tecnificarse, por tanto dando una visión menos optimista que los preciosistas.
Sus personajes son siempre extraños, anónimos habitantes de paisajes o interiores desolados e inhóspitos. En España, en los años treinta, la plástica se desarrolla entre los polos del realismo y el surrealismo. En la primera tendencia cabe citar a Aureliano Arteta, Luis Seoane, Josep Renau, Francisco Mateos, Emiliano Barral, etc., destacando Josep Renau como innovador de las técnicas del cartelismo y de las artes gráficas. Estos artistas son los que desarrollaran el llamado Realismo Social.
Realismo figurativo. Tendencia de la pintura figurativa cuyo objetivo es tematizar el entorno cotidiano, tomado directamente de la realidad. En algunos aspectos se opone al fotorrealismo y la utilización de la fotografía no es un método habitual. En Alemania Dieter Asmus, Peter Nagel, Nikolaus Störtenbecker y Dietman Ullrich, forman en 1965 el Grupo Cebra, comenzando a pintar temas y motivos de la cotidianeidad en oposición al tachismo. Utilizan ocasionalmente la fotografía para copiar partes de algunas imágenes pero en general piensan que la imagen pintada es más exacta que la fotografía. En España, el chileno Claudio Bravo, partiendo del surrealismo,hace su realismo pintando siempre del natural. Antonio López, Julio L. Hernández e Isabel Quintanilla utilizan una temática variada de interiores, calles y pequeños detalles de la vida cotidiana. La escultura de Julio López Hernández es una reproducción de los utensilios, personas y objetos a tamaño natural pero carentes de vida y de referencias, lo cual le apartan del Pop de Segal con quien a veces se le ha comparado.
Hay un cierto compromiso humano-social en el realismo de estos artistas, expresado de forma callada y a través de los temas más modestos. En el caso de Antonio López el realismo es construido a veces con los datos y detalles menos amables de la realidad. En Colombia hay una importante escuela de pintores realistas; entre ellos Luis Caballero, Enrique Grau y los hermanos Santiago y Juan Cárdenas Arroyo. También puede citarse aquí a Botero, aunque su obra escape los límites de este tipo de realismo. En Uruguay destacan los paisajes panorámicos de José Gamarra, quien se considera muy influenciado por Torres García. No son paisajes pintados del natural sino imágenes visionarias.
Realismo crítico. Tendencia del arte realista hacia un tono político que se ha desarrollado en distintos períodos y lugares a lo largo de todo el siglo XX. En Rusia supone una vuelta al lenguaje del realismo tras los logros abstractos del Suprematismo y el Constructivismo. Surge tras la muerte de Lenin, y a partir de la exposición de 1926 Vida y costumbres de los pueblos de la URSS. A partir de entonces se rechaza toda investigación moderna y se adoptan todas las rancias normas del pasado, reduciendo el arte a un instrumento de propaganda política. La vanguardia es puesta fuera de la ley y perseguida; algunos artistas son encarcelados. Gabo, Pevsner, Chagall y Kandinsky volvieron a Europa occidental, otros llegaron incluso al suicidio. Se desarrolla por tanto un arte de temas histórico-revolucionarios, de grandes lienzos conmemorativos en el caso de la pintura; se da también un gran desarrollo del género del retrato.
Los pintores naturalistas se organizaron en asociaciones como la Asociación de artistas de la Revolución o la Sociedad de pintores de caballete. En arquitectura y escultura, a partir de 1930, se siguen los mismos patrones que el arte oficial del fascismo italiano y el nazismo alemán. Entre los pintores puede citarse a Deineka, que expone en 1928 La defensa de Petrogrado en la Bienal de Venecia, a Arkadi Plástov y a Semion Chuikov. En occidente el realismo socialista fue fuente de experimentalismo, como en el caso de los muralistas mexicanos Rivera, Orozco y Siqueiros y la obra del italiano Renato Guttuso. En España el realismo socialista empieza a tomar cuerpo durante la II República, entre 1931 y 1936 y en un clima de polémica entre los que creían que el arte debía ser político y los surrealistas que sólo se interesaban por una investigación estética.
Hay que citar en ese momento del realismo social español a Arturo Souto y Carlos Maside, al muralismo de Arteta y Luis Quintanilla. Lo mejor de este periodo son los artistas que combinaron las dos tendencias (surrealista y realista), como en el caso de Antonio Rodriguez Luna y Alberto Sanchez, conocido como Alberto. Su interés por la renovación cultural en España le llevó a fundar la Escuela de Vallecas con Benjamín Palencia, Maruja Mayo, Caneja y Alberti. En la década de los cincuenta, José Ortega y Ricardo Zamorano abogan por una pintura comprometida con los problemas sociales; es una tendencia contraria al informalismo y al academicismo, que huye del esteticismo y que propone una pintura de exaltación de la realidad, frente a la exaltación de los valores estéticos absolutos.
La teoría del Realismo Social fue planteada por Alfonso Sastre en un artículo titulado Arte como Construcción en 1957 donde decía: ...lo social es una categoría superior a lo artístico…entre las distintas provincias de la realidad, hay una cuya representación o denuncia consideramos urgente: el problema social en sus diversas formas… Esta teoría, que lleva implícita la creencia de que el arte puede cambiar el mundo es la base del realismo social y fue compartida en la época por muchos pintores figurativos y realistas. A partir de los años sesenta, con la crisis del informalismo, el realismo resurge con fuerzas renovadas, tomando elementos del Pop y se denomina realismo crítico. En España destacan en esta tendencia Juan Genovés, Rafael Canogar, Alfredo Alcaín y Equipo Crónica (constituido por Rafael Solbes y Manuel Valdés). En Inglaterra esta tendencia figurativa está representada por Francis Bacon, Frank Auerbach, Lucien Freud y Leon Kossof, que realizan un tipo de pintura que resuelve la dualidad arte-vida. En los Estados Unidos puede considerarse al escultor Duane Hanson como un hiperrealista pero comprometido con temas sociales, al retratar con todo detalle a las clases desposeídas.
Colaborado por: Raul C. Mota