Templos etruscos.
El templo etrusco se diferencia de los templos griegos por el hecho de que este es más individualista y las edificaciones griegas estaban más dirigidas al público en general.
Los etruscos no tenían tanta prioridad en la construcción de templos. La religión de los mismos estaba determinada prácticamente por supersticiones, de ahí en adelante se desarrolla todo lo concerniente al urbanismo etrusco, por ejemplo, cada una de las edificaciones estaba consagrada con un ritual y luego la ciudad resultó estar separada en áreas de buena o mala suerte. De ellas, la zona menos querida era la que estaba dirigida al occidente, pues en ese espacio se colocaban las tumbas y por ello se suponía que en ella habitaban todos los espíritus y los dioses malignos.
Al surgimiento de los órdenes griegos, a estos se le añaden las columnas toscanas, teniendo un capitel similar al dórico, con la diferencia de que su fuste no tenia estrías y poseía basa. Según los tratados de Vitruvio, los templos etruscos, fueron los dominantes especialmente en los últimos años del siglo VI a. C., este templo se caracteriza por la sencillez que posee el mismo. Algunas muestras de los mismos son el Templo de Júpiter Capitolino, que se encuentra ubicado en Roma. Las descripciones establecidas por Vitruvio en el siglo I a.C. han sido aceptadas, sobretodo porque de esos templos sólo se conservan restos.
Los etruscos utilizaban una plataforma bajo sus templos, para así poder evitar la humedad, el pórtico de la entrada estaba formado por dos hileras de columnas toscanas, que tenían basa, el mástil liso y de mayor delgadez que el dórico. El techo o tejado estaba dispuesto a dos aguas y no originaba un frontón, como en el caso de Grecia. Su remate era con una gran cantidad de esculturas. Algunos ejemplos de estos templos son:
- El Templo de Belvedere, ubicado en Orvieto.
- El Templo Ara de la Reina, el cual es el más representativo de la arquitectura etrusca.
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