Gótico perpendicular.
Este es el periodo correspondiente a la tercera etapa histórica de la arquitectura gótica inglesa. Su nombre se debe al énfasis del estilo en la línea recta; de hecho se conoce también con el nombre de estilo Rectilíneo. Su origen se remonta al año 1350. Surge tras evolucionar el estilo curvilíneo, en los últimos años del siglo XIII y los inicios del siglo XIV. El mismo llegó hasta mediados del siglo XVI.
En todos los estilos arquitectónicos tempranos, se observa una superposición progresiva, tras los cambios de las modas, se añaden nuevos elementos, factor visible sobretodo en las grandes construcciones, como por ejemplo en las iglesias y catedrales, que eran construidas y según pasaba el tiempo se modificaban. En los finales del período curvilíneo, van desapareciendo los círculos en las tracerías de las ventanas y se van introduciendo líneas perpendiculares, es decir, una reacción contraria.
Los elementos destacados del estilo Gótico perpendicular, son la linealidad y la perpendicularidad. Estas se destacan más en los diseños de las ventanas, pues muchas veces eran de grandes tamaños, hasta inmensas. Sus ajimeces eran más delgados por lo que los maestros vidrieros, tenían más libertad para desarrollar sus obras. Los ajimeces fueron subiendo hasta los arcos, y el área superior de la ventana, se convirtió en una tracería de mayor complejidad. En cuanto a sus contrafuertes y lienzos del muro, son divididos en paneles verticales.
Generalmente sus portadas eran enmarcadas en un alfiz, y las enjutas se rellenaban con cuadrifolios o tracería. El empleo del arco apuntado sigue utilizándose y al mismo le son añadidos arcos conopiales y Tudor. En la parte interior de la iglesia, se sustituye al triforio por paneles, dando mayor importancia a las ventanas del claristorio, que por lo regular son elementos notables de estas iglesias. En este periodo las molduras son más planas que en otros elementos que pasaron antes.