Las pérgolas de hierro son perfectas para darle un aspecto más neo – romántico a nuestra decoración de jardín, haciendo lucir esos espacios exteriores al estilo de la época medieval.
Entre las diferentes opciones que tenemos para crear espacios cubiertos en el jardín y la terraza, las pérgolas de hierro son una muy demandada.
Estas pérgolas se presentan en diversos diseños y tamaños, pero todas comparten una misma característica: ese estilo soñador que le dará un toque artístico a nuestro jardín.
Estas pérgolas de hierro convertirán nuestros espacios exteriores en el escenario de historias de la época medieval donde el hierro era uno de los metales más utilizado en la ornamentación de espacios, haciendo lucir nuestros jardines en un estilo mucho más clásico y tradicional con todos los encantos que esto incluye.
Claro que en la actualidad también podemos encontrar pérgolas de hierro con diseños modernos. Hoy la decoración lo hace todo posible por lo que si tienes un jardín de diseño contemporáneo y quieres instalar en el una pérgola de hierro forjado sin perder la armonía, podrás hacerlo sin mayores inconvenientes. En estos casos, los diseños son mucho más sencillos pero aun así no se puede ocultar las formas redondeadas y las florituras que caracterizan a este estilo de pérgolas.
Pero además de su aportación estética tan valiosa que ya hemos descrito, las pérgolas de hierro también es una de la más elegida por su nivel de resistencia. Generalmente estas se plantan contra una pared para que el cerramiento se mantenga más firme, pero no queda descartada la idea de poder crear una pérgola independiente en algún espacio del jardín donde queramos montar nuestra sala de estar exterior.
El único inconveniente es que las pérgolas de hierro son vulnerables al oxido. Pero aun así esto tiene su lado bueno ya que el hierro oxidado le da un aspecto mucho más interesante a las pérgolas y como no afecta a su resistencia, podemos optar porque ella se luzca así tal cual la ha afectado su contacto con el agua y el sol.
En cuanto a mantenimiento, si se trata de un hierro crudo habrá que tratarlo con cremas y grasas para que se mantenga hidratado y evite la oxidación. También quizás haya que lijarlo o pulirlo cada algún tiempo para que recupere su aspecto inicial. Si se trata de un hierro pintado entonces seguramente estará protegido con pintura anti oxidante, lo que nos permite limpiarlo fácilmente con agua y tratarlo con una crema exfoliante para mantenerlo en buen estado por más tiempo.
Básicamente existen dos tipos de pérgolas de hierro, aquellas que son trabajadas en la forja y los kit industriales que se ofrecen en el mercado. Para quienes buscan una opción económica les convienen estos últimos, pero en verdad no se comparan en calidad ya que el trabajo en la forma es único y realizado por manos de un artesano lo que de la da un valor incalculable a la obra, mientras que los kits son producidos en la industria y no llegan a alcanzar en el encanto y la calidad de los primeros.