Calculo de las sombras de los cuerpos con geometria descriptiva. Sin olvidar la advertencia que acabamos de hacer, podemos considerar que la posibilidad de llevar a cabo con relativa facilidad el cálculo y dibujo de las sombras de los cuerpos con vierte al sistema diédrico en el lenguaje gráfico de mayor contenido plástico, y con mayor capacidad para el desarrollo de la imaginación espacial dentro de la Geometría Descriptiva.
Calculo de las sombras de los cuerpos con geometría descriptiva
La primera consideración que hemos de hacer se refiere a la oportunidad de ocuparse en el cálculo y valoración de las sombras de la arquitectura, cuestión que alguno tal vez considere un ejercicio caprichoso cuando no contrario al buen uso de los arquitectos, aduciendo para ello incluso la oposición albertiana, que consideraba el empleo de las sombras un artificio propio de pintores y no de arquitectos.
Se entendía en su tiempo, cuando no se disponía de la capacidad técnica para hacer el cálculo riguroso de las sombras, que pudiese hacer de él un instrumento para restituir y proyectar las verdaderas medidas de un edificio157, como el propio Alberti parece dejar claro, al fundamentar su rechazo al empleo de las sombras en su convicción de que las obras se deben juzgar por sus dimensiones determinadas y racionales y no por impresiones visuales.
«El problema de la luz introduce aspectos decisivos en el estudio de la forma, que (…) han de servir anticipadamente para la fruición de la arquitectura». Aparte de que no se puede usar lo que previamente no se posee, ni tampoco amar lo que no se conoce, como bien apuntó Tomás de Aquino, el conocimiento del cálculo y dibujo de las sombras de la arquitectura, resulta también importante si atendemos a la opinión de Ruskin, que dudaba «que un edificio haya tenido nunca verdadera grandeza a menos que se mezclasen en su superficie poderosas masas de sombra vigorosas y profundas»160. Que obliga a presumir la pobreza de la arquitectura que podrá concebir quien del hábito de tener en cuenta ese elemento arquitectónico y sepa controlarlo.
Esto ya sería un motivo suficiente para prestar atención a ese tema, como otra de las aportaciones y vínculos necesarios entre la ciencia geométrica y el empleo de los instrumentos de diseño y proyectación; pero no voy a extenderme ahora a este respecto, que he tratado extensamente en otras ocasiones161.
En cambio sí debemos detenernos a considerar el proceso de cálculo y dibujo de las sombras, estableciendo en él una distinción entre un primer apartado, que podríamos llamar mostrativo162, y otro segundo de carácter formativo163, ligado al proceso de cálculo.
Este segundo aspecto, resulta interesante sobre todo como medio en la propia operación de cálculo para llegar a valorar y entender mejor la arquitectura dibujada, descubriendo sus detalles y proporciones, y las relaciones de posición y masa de los elementos que la integran, que contribuirá a potenciar la capacidad para imaginar tridimensionalmente los objetos a partir de sus proyecciones planas.
El proceso de cálculo, que es temporal y cambiante, permite trasladar al espacio bidimensional del papel una cierta experiencia no estática del espacio tridimensional que se quiere encerrar dentro de él. Gracias al colaborador Tomas Andrés Megía por enviarnos este material. Autor original: José Manuel Pozo.