La armonía es la conveniente proporción y correspondencia de unas partes o cosas con otras, en impresión de unidad y amistoso arreglo y relación con su aspecto y uso; en la armonía coexisten la línea, la forma, el tamaño, la textura, el color y la idea.
La armonía lineal más simple es la de la repetición, dentro de un ángulo, de una o más líneas que repiten las de aquel. Al unirse una vertical y una horizontal, como en el ángulo recto, se forma una oposición o contraste.
La armonía arquitectónica
Caso de estudio
Cuando la línea corta un ángulo desde una línea opuesta a otra es una línea de transmisión, que sirve para armonizar las líneas en contraste de una manera mas suave y fácil; una línea curva actúa en transición graciosa entre dos rectas y atenúa la severidad de estas, cuando son aplicados los tres tipos lineales de repetición, contraste y transición y formas que se combinan entre si, se observa como se corresponden y armonizan.
Toda composición, con buen orden, debe haber armonía de formas; las líneas de las masas grandes deben seguir las líneas limítrofes de la forma general; los muebles de mayor tamaño y las alfombras habrán de ser paralelos a las líneas de la habitación, las cortinas serán rectas y en relación con los marcos de las ventanas o puertas y los cuadros estarán dispuestos con buena relación línea.
¿En qué se basa la armonía?
La armonía se basa en unidad y variedad; la primera se obtiene unificando todos los factores para que el conjunto forme una organización coherente y armónica; como cada elemento tiene un doble valor de expresión física y psicológica, ambos habrán de ser unificados, no permitiéndose ningún exceso de variedad en líneas, masas, colores y texturas; una habitación de líneas reposadas y quietas, pero con colores muy vitales y alegres y texturas muy variadas y ricas dicen muchas cosas contradictorias y no pueden definir una concreta; la variedad excesiva destruye la unidad.